Nutrición Médica en la vida adulta

Una buena nutrición a lo largo de la vida adulta es la forma más inteligente de vivir bien,  ya que incrementa la calidad de vida. Por lo tanto las decisiones correctas sobre el estilo de vida que abordan una buena planeación y diseño sobre alimentación y acondicionamiento físico pueden ayudar a aprovechar al máximo lo que la vida tiene para ofrecer. Alimentarse de forma inteligente bajo la luz que ofrece la Nutrición Médica en todas las etapas de la vida y durante la edad adulta contribuye substancialmente a evitar, minimizar o controlar enfermedades crónico degenerativas, con lo cual se favorece el envejecimiento saludable. Las enfermedades que se deben de evitar o retrasar lo máximo posible su desarrollo son mostradas en el árbol de la mala alimentación y vida sedentaria con toxicómanas.

Acompañamiento Médico-Nutricio

A) Nutrición Médica  basada en la selección de un modelo dietario médico-terapéutico apropiado que ha demostrado que disminuye el riesgo de presentar infecciones respiratorias, diarrea, retraso cognitivo que en gran parte es irreversible, ya que una  alimentación deficiente  conlleva a un bajo rendimiento laboral y ausentismo lo que puede resultar en una reducción de los ingresos económicos. Prevenir el sobrepeso y la obesidad aplicando la evidencia científica con la ayuda de profesionales es prevenir el desarrollo de enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión, problemas cardiovasculares y muchas otras en la vida adulta, lo cual hace posible una transición correcta a un envejecimiento saludable con un mínimo de carga de enfermedad en la tercera edad. Recuerde que por cada dólar que invierta en Nutrición Médica estará ahorrando cientos de dólares en tratamientos previsibles de enfermedades crónicas degenerativas.

 

B) Plan de Entrenamiento Científico, está demostrado que ayuda en la vida adulta a mejora la circulación sanguínea; elimina grasa patógena (subcutánea, visceral e intraorgánica), disminuye el colesterol en sangre, previene y controla la presión arterial alta; fortalece los huesos evitando osteoporosis, incrementa los niveles de energía, libera tensión, mejora la calidad de sueño, mejora la autoimagen, ayuda a controlar el estrés, combate la ansiedad y la depresión, aumenta el entusiasmo y el optimismo; aumenta la fuerza muscular. Por tanto, es imperativo establecer los hábitos de ser físicamente activo y llevar a cabo un Programa de Entrenamiento Científico, lo cual trae consigo los beneficios al minimizar el sedentario y el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas degenerativas. Aportándole al adulto un alargamiento de la vida económicamente activa y una transición a la vejez saludable.

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